HISTORIA DE LA ODONTOLOGÍA FORENSE
Primeros antecedentes de identificación
odontológica
Según GARDOR S.A la
odontología forense se remonta al inicio de la era cristiana. De
acuerdo al relato de Dion Casio, escritor Romano (cónsul de Roma en el 229), en
el tomo 61 de su historia de Roma de 80 volúmenes obtenemos referencia de lo
que quizás fue la primera identificación (no científica) de un cadáver por
medio de su dentadura. Según cuenta la historia, la madre de Nerón, Agripina,
en busca de un linaje que le permitiera a su hijo ser futuro emperador, se
había casado con el emperador Claudio, quien tenía una clara predisposición
hacia una joven muy bonita llamada Loila Paulina. Frente a esta incómoda situación,
Agripina envió a sus soldados a matar a la joven, con instrucciones precisas de
traer su cabeza como prueba de cumplimiento de la misión. Agripina, fue incapaz
de identificar positiva mente la cabeza debido a su estado de descomposición,
fue entonces que decidió abrir los labios de la víctima y examinar los dientes
frontales, que tenían realizado un trabajo en bandas de oro, algo bastante
inusual en el promedio de la sociedad en función de su costo, y de esta
forma confirmar la identidad de la víctima. Posteriormente Nerón se convertiría
en emperador. Diferentes situaciones en la historia de la humanidad han
determinado el valor de la odontología forense ya sea como identificación,
esclarecimiento de delitos, el acercamiento a la evidencia de trauma en la región
de la boca en los casos de abuso o demandas por accidentes. La odontología
forense también puede brindar un determinante aporte sobre mala práctica
dental.
Edad Media
La práctica antigua de la odontología forense se menciona en la
información histórica de la Edad Media. En esta época, los registros dentales
fueron utilizados para identificar a John Talbot de Shrewsbury quien comandaba
al ejército inglés y murió emprendiendo la retirada de la Batalla de Castillon
que tuvo lugar el 17 de julio de 1453, cerca de Castillon, Francia. En la misma
se enfrentaron el ejército inglés, y el ejército francés. La Batalla de
Castillon fue la última batalla de la Guerra de los Cien Años, siendo el
resultado de la misma un triunfo de las armas francesas.
Entre otros ejemplos podemos mencionar el que se remonta al año 1477, este se produce en la Batalla de Nancy, a raíz de la muerte de Carlos el Temerario, Duque de Borgoña y es posible lograr su identificación tiempo después, por la ausencia de varios dientes en la arcada superior, los cuales había perdido previamente a su muerte al caer de un caballo que montaba. En 1775, el General Warren murió en la Batalla de Bunker’s Hill de la guerra de independencia Norteamericana y fue reconocido por un puente de marfil y plata que le había colocado su dentista Paul Revere.
Entre otros ejemplos podemos mencionar el que se remonta al año 1477, este se produce en la Batalla de Nancy, a raíz de la muerte de Carlos el Temerario, Duque de Borgoña y es posible lograr su identificación tiempo después, por la ausencia de varios dientes en la arcada superior, los cuales había perdido previamente a su muerte al caer de un caballo que montaba. En 1775, el General Warren murió en la Batalla de Bunker’s Hill de la guerra de independencia Norteamericana y fue reconocido por un puente de marfil y plata que le había colocado su dentista Paul Revere.
Paul Revere es considerado como uno de los precursores de la
Estomatología Forense. Napoleón Eugène Louis Jean Josefino, considerado por
muchos como Napoleón IV, fue el hijo único de los Emperadores Franceses,
Napoleón III y su esposa Eugenia de Montijo. Recibió el título de Príncipe
Imperial de Francia y el tratamiento de Su Alteza Imperial. Además, heredó los
títulos de Conde de Teba de su madre (aunque nunca lo llegó a utilizar), y el
de Conde de Pierrefonds, por parte de su padre. El príncipe Napoleón encontró
la muerte en la guerra contra los zulúes en 1809 en África, cuando trasladaron
su cadáver a Inglaterra, éste llegó totalmente descompuesto. Gracias a su
dentista, el Doctor Evans, se logró una identificación positiva ya que el
profesional pudo comprobar la existencia de una obturación de oro que le había
realizado. En 1849 el Dr. Parkman, un rico filántropo de Chicago, es asesinado
por el químico John White Webster en el Colegio médico de Boston. Webster trató
de ocultar la evidencia carbonizando el cuerpo. La identificación fue lograda por
fragmentos carbonizados de dientes dentro de un trozo de oro fundido, lo que
permitió no sólo su reconocimiento sino la inculpación del asesino. Este es el
primer caso en el que la evidencia dental es aceptada por las cortes en Estados
Unidos.
En 1891, Merciolle presentó en la Universidad de Lyon el caso del
asesino de un banquero de San Petersburgo identificado por las marcas dentarias
dejadas en una pipa que inicialmente se creyó que pertenecía al banquero, pero
al observar detenidamente la misma, se determinó que las marcas no coincidían
con la dentadura de la víctima. Fue entonces cuando se procedió al análisis de
las dentaduras de los sospechosos, encontrando una particularidad en el
incisivo lateral izquierdo de uno de ellos, que coincidía perfectamente con las
marcas en la pipa.
Hito en la historia temprana de la odontología
forense
El 4 de mayo de 1897, los asistentes a una presentación de las imágenes
proyectadas por la tecnología de los hermanos Lumière en el bazar de la Charite
en París, fueron sorprendidos por un voraz incendio, ocasionado por un equipo
fílmico que utilizaba un sistema de éter y oxígeno en lugar de electricidad.
Ciento veintiséis personas perecieron en el hecho, la identificación de las
víctimas se realizó en líneas generales con éxito a través de sus ropas y
joyas, pero aún restaban 30 por identificar entre las que se encontraba la duquesa
de Alençon, hija del duque de Baviera. Fue entonces que la odontología forense
hizo su aporte a través del trabajo del Dr. Albert Haus usando registros
dentales detallados tomados por el Dr. Isaac B. Davenport. La identificación de
los restos calcinados por el uso de los registros dentales fue un hito en la
historia temprana de la odontología forense. El primer tratado de odontología
forense fue escrito por el Dr. Oscar Amoedo en 1898 y llevó por título L’Art
Dentaire en Medicina Legale. El Dr. Oscar Amodeo también es conocido como el
padre de la Odontología Forense. Otro caso
interesante es el análisis histórico
de los dictámenes sobre los restos mortales del héroe nacional de
Cuba José Julián Martí y Pérez, en relación con su aparato dental. A raíz de la
caída en combate del héroe cubano José Martí y Pérez, el 19 de mayo de 1895 en
Dos Ríos, se suscitaron muchas controversias sobre la identificación del
cadáver. La polémica quedo totalmente aclarada gracias a la intervención de su
odontólogo, el Dr. Zayas Bazán, luego de un análisis del aparato dental
realizado en la excitación del 24 de febrero de 1907.
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